20110430

Notas tardías sobre un proyecto pírrico


Me voy a subir tarde al tren de la discusión sobre la Supervía Poniente. Lo hago, en principio, porque me interesa (especialmente en el contexto de este espacio), y tarde porque cada vez que he tenido la inquietud alguien más lo ha escrito, o antes, o mejor (sígase la extensa cobertura que hace Salvador Medina, por ejemplo). Esta vez, con la excusa del último* artículo de Gabriel Quadri al respecto y en paralelo (toda proporción guardada) a la correspondiente respuesta de Onésimo Flores, me atrevo a añadir algunas líneas.

20110305

Perspectivas

Sobre el tema se ha hablado mucho: en la Ciudad de México, el 80% (en realidad es el 67.3%*) de los viajes se realizan en transporte público.

Las implicaciones son importantes. Las distribuciones modales son el termómetro del transportólogo. Con los datos de la distribución modal de una ciudad se vuelve muy fácil para muchos catalogarla, fríamente, como buena, verde, mala, vanguardista, dependiente del auto, del petróleo, del clima. Cuántos viajes en coche, cuántos en transporte público, cuántos en bici. Así, por ejemplo, nos parece 'vanguardista', 'verde' y 'bueno' que Copenhague busque que el 50% de sus viajes sean en bicicleta, pero patético que en Atlanta el 94% de los viajes al/del trabajo sean en auto.

20110219

"Ciclistas alemanes pierden el carril"


De acuerdo con una reciente resolución, los ciclistas ya no estarán obligados a utilizar el carril para ciclistas, sino que podrán, en la mayoría de los casos, recurrir a la calle. En Múnich, las primeras señales están siendo desmontadas.

La capital de Baviera, al sur de Alemania ha integrado, durante los úlitmos 20 años, una red de carriles ciclistas en la mayor parte de sus avenidas, mismos que se ubican sobre la banqueta al lado de la calle, cuando el espacio lo permite, y suelen medir entre 80 y 120cm. No es frecuente, pero tampoco raro ver a algún conductor (de automóvil) bajar la ventanilla molesto para indicar al ciclista que se debe hacerse a un lado y ocupar su propio carril sobre la banqueta, palabras más palabras menos. Según la regla general, si hay ciclocarril, hay que usarlo, algo conocido como 'Radwegbenutzungspflicht', literalmente, "uso obligado del ciclocarril". En calles pequeñas o de tránsito local que no cuentan con un carril paralelo para ciclistas, éstos pueden hacer uso de la calle. 

20110211

Sustentable hasta la náusea

Hace poco, Jarrett Walker, autor de Human Transit publicó una breve entrada sobre esa indigestión compartida por el término 'sustainable', que en español hemos tenido a mal traducir como 'sustentable' porque, supongo, es lo que más parecido suena.

La raíz etimológica del término, en todo caso, es el latín sustinere que a su vez se descompone en sub (debajo, o desde abajo) y tenere (tener, o tomar). En español, la raíz latina engendró dos términos equivalentes, aunque semánticamente muy distintos: sustentar y sostener, mientras que en inglés ambos significados convergieron en 'sustain'. De acuerdo a qué tanto quiera uno creerle ya a la Real Academia Española (RAE) después de sus desfiguros recientes, el término "correcto" al que se hace referencia cuando se habla de desarrollo, por ejemplo, es 'desarrollo sostenible', y no tanto su primo aparentemente más popular 'desarrollo sustentable'. (Por lo mismo, con el solo afán de joder se antoja más bien utilizar 'desarrollo sustentable' en su lugar). A la voz de "en México / Latinoamérica se permiten las dos" he dejado la discusión en paz más de una vez, pero... ¿quién es el/la que permite las dos? Más parecería que el que muchos permitan ambos términos es porque a pocos les importa la diferencia. Consultado también el cada vez más distinguido y apreciado Diccionario del español usual en México, inclusive, la diferencia entre sustentar y sostener se mantiene, aún cuando no se hace referencia específica al 'desarrollo sostenible'.

20110205

Endecálogo para la(s) ciudad(es) de México

La Ciudad de México es un monstruo. Su evolución de metrópolis a megalópolis ha sido rebasada y no ha quedado más remedio, en la taxidermia grecolingüística, que escalarla al estado de teratópolis, ciudad monstruo. Todos los días bebe de donde puede el agua, y se fuma los jugos primordiales del planeta para mantenerse viva. Se hunde, se seca, se extiende, se compacta, estira los tentáculos, se sacude y se mueve. Por sus entrañas fluyen millones de individuos que lo mismo le escalan un cuerno como le afeitan un prado, la sobrevuelan, la cultivan, la estudian o, en apoyo al fútbol o rechazo a la política, le paralizan alguna parte. El monstruo tenochca es una suerte de utopía galileana: carencias, carencias, dolencias y caos, "y sin embargo, se mueve".