Sobre el tema se ha hablado mucho: en la Ciudad de México, el 80% (en realidad es el 67.3%*) de los viajes se realizan en transporte público.
Las implicaciones son importantes. Las distribuciones modales son el termómetro del transportólogo. Con los datos de la distribución modal de una ciudad se vuelve muy fácil para muchos catalogarla, fríamente, como buena, verde, mala, vanguardista, dependiente del auto, del petróleo, del clima. Cuántos viajes en coche, cuántos en transporte público, cuántos en bici. Así, por ejemplo, nos parece 'vanguardista', 'verde' y 'bueno' que Copenhague busque que el 50% de sus viajes sean en bicicleta, pero patético que en Atlanta el 94% de los viajes al/del trabajo sean en auto.
Las implicaciones son importantes. Las distribuciones modales son el termómetro del transportólogo. Con los datos de la distribución modal de una ciudad se vuelve muy fácil para muchos catalogarla, fríamente, como buena, verde, mala, vanguardista, dependiente del auto, del petróleo, del clima. Cuántos viajes en coche, cuántos en transporte público, cuántos en bici. Así, por ejemplo, nos parece 'vanguardista', 'verde' y 'bueno' que Copenhague busque que el 50% de sus viajes sean en bicicleta, pero patético que en Atlanta el 94% de los viajes al/del trabajo sean en auto.